El Disidente

La crisis financiera de 2008

Share on facebook
Facebook
Share on email
Email
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn
Share on whatsapp
WhatsApp
Share on telegram
Telegram
Share on facebook
Share on email
Share on twitter
Share on linkedin
Share on whatsapp
Share on telegram
Wall Street

El origen de la crisis financiera del 2008 ha quedado en el subconsciente de la sociedad como una crisis forjada en una burbuja inmobiliaria

Al igual que en el ‘Crac del 29‘, tenemos la creencia de que todo fue producto de la ambición desmesurada, del capitalismo feroz de Wall Street y de la falta de regulación. Pero este análisis no es tan sencillo.

¿Quién propició que el sistema financiero tomara riesgos inusuales?

Sin duda los políticos, los mismos que cobraron protagonismo al tomar las riendas del desastre y a quien se les encomendó enmendar la situación. Cuando falta regulación alguien tiene que poner orden, como se hizo en la localidad de Bretton Woods, donde las élites de burócratas establecieron el nuevo orden monetario internacional.

Ya lo vimos con el ‘Crac del 29‘, ellos provocaron la burbuja y una década después, ellos fueron a poner orden reforzando sus poderes. En el hotel Mount en Washington estuvo Keynes pidiendo un sistema que diera liquidez, pero curiosamente le paró los pies un extraño funcionario del Tesoro de EEUU llamado Harry Dexter White, que resultó ser un espía soviético. Todo de traca, en 1944 se reúnen los políticos para poner orden y gana la tesis de un espía comunista. Este pájaro sustraía información “valiosa” del Tesoro para hacérsela llegar a la URSS a través del economista de origen ruso, Gregory Silvermaste.

¿Es cierto que los políticos estaban al margen y solo aparecieron cuando había que arreglar el follón?

Pues no, y esto me recuerda al caso de un guardia civil de la zona de mi pueblo, en la sierra baja de Cuenca, que atracaba bancos con pasamontañas y al rato volvía, esta vez de guardia civil a ver qué había pasado.

En octubre de 2000 la FED tenía los tipos en el 6,5%, en diciembre de 2001 los bajaron a 1,75 %. por su parte, el BCE en octubre de 2000 los tenía al 4,75% y en diciembre de 2001 los bajaron al 3,25%, en junio de 2003 se situaron al 2%. Ya sabéis, bajar tipos es inyectar circulante para calentar la economía.

El agregado monetario M3 (M3 sirve para controlar la masa monetaria, esto es, la cantidad de dinero en circulación en una economía o zona económica) en Europa pasó en 2001 de un razonable 3,9 % de crecimiento interanual a un 8 % en 2002. En 2003 llegó al 9 % y en 2008 superó el 12 %. Por su parte la FED incrementó la masa monetaria desde aproximadamente 5.400 billones de dólares en 1998 a 10.261 en 2006.

¿Qué razones podrían esgrimir los bancos centrales para recalentar la economía?

El pobre crecimiento de principios del siglo XXI se espabiló creando moneda, claro está que cuando la productividad no está muy alegre, si al inversor le llega un dinero que tiene que devolver le surgen dudas sobre donde apostar.

Cuando metes dinero fresco en una economía deprimida corres el riesgo de perder al menos una parte, por lo tanto, este se invierte allá donde el interés es mayor. Así ha sido en la historia, bien sea en la burbuja de los tulipanes en Holanda, a consecuencia de algo que nos suena; creación del primer banco central holandés en el siglo XVII. Bien sea en la burbuja de los mares del Sur que arruinó la economía inglesa, después de que se creara el banco de Inglaterra o en otra burbuja que vimos en artículos anteriores, la burbuja del Mississippi en el siglo XVIII que se cargó la economía de Francia, después de que se instituyera el Banco central de Francia.

Fernando Trías de Bes explicaba:

En octubre de 1636, un derecho sobre un bulbo de tulipán se intercambiaba a 20 florines, en noviembre estalló la fiebre especulativa y subió a 50, a final de mes a 100 florines. Un virus llamado Tulip breaking virus de mosaico atacó a los bulbos de los tulipanes y produjo cambios en la línea de colores que los hacían más valiosos, para los ricos tener un tulipán en su salón era una exhibición de estatus.

Se desató la locura, todo el mundo quería comprar contratos de futuros de bulbos porque los precios subían por semanas, por días, incluso por horas.

Las rentabilidades de las operaciones eran de tal magnitud que la gente veía absurdo perder el tiempo trabajando en su oficio. ¿Para qué seguir con la madera, con la fruta, con el ganado o produciendo vino si había algo mucho más rentable que se llamaba tulipán? Se podía doblar el patrimonio solo firmando un contrato de compra de varios bulbos y revendiéndolo al día siguiente a un precio superior.

Según Charles Mackay, en 1635 se llegó a producir un acuerdo de varias decenas de bulbos por un precio de 100 mil florines, una cifra equivalente a un millón de euros actual.

La conexión entre el ahorrador que deposita su dinero en el banco, y el banco que se lo presta a un inversor, se desvirtúa en el momento en el que el banco adquiere dinero barato que debe devolver al corto plazo (con intereses bajos) y presta a largo plazo con intereses elevados en operaciones de riesgo, esto es el descalce de plazos.

El político a su vez le dice al banco que no se preocupe si sale mal la jugada, el prestamista de última instancia será el Banco Central. Si alguien te pone en la mano un bidón de gasolina y una cerilla, y te dice que le pegues fuego al bosque para vender la madera y que al final de la fiesta no te preocupes por lo que pueda pasar.

¿Qué crees que pasará?

Que le pegará fuego al bosque y a Roma si hace falta, harán como el emperador Nerón. Según la leyenda, después de pegar fuego a Roma se sentó a tocar la cítara desde la colina de Esquilino, para luego echar la culpa a los cristianos.

El contubernio entre el Estado y sistema financiero empezó en Estados Unidos de la mano de uno de los padres fundadores, Alexander Hamilton. Este quiso establecer un gobierno centralizado y dirigido por las élites económicas del país estableciendo el papel moneda y un banco central. Así consiguió que en 1791 se aprobara el First National Bank.

Con su flamante y recién estrenado banco central, ¿qué podría pasar?

Lo de siempre, que al poco comenzó a comprar deuda del gobierno y esto condujo a una elevada inflación. Como el banco tenía una existencia limitada de 20 años, el congreso no aprobó su prolongación en 1811. Pero en 1816 se creó el Second National Bank y se repitió la cantinela, deuda, inflación, etc.

Curiosamente, a Hamilton que fue secretario del tesoro desde 1789 a 1795, se le fue la mano con unas ofensas al tercer vicepresidente de EE. UU. Aaron Burr y se batieron a
duelo con pistola, Hamilton murió y en 2016 un musical sobre su vida se llevó un premio Tony. No estoy seguro si los que otorgaron el premio eran conscientes del daño que han hecho los bancos centrales en las economías.

La perversión fue tal que los bancos hubieran sido tontos de no haber hecho el bruto con operaciones arriesgadas, conociendo con seguridad que el papá Estado les iba a poner la red de seguridad como a los trapecistas en el circo.

Fannie y Freddie Mac

Por ejemplo, estas dos entidades financieras con nombre de hamburguesería, Fannie y Freddie Mac, operaban en mercados secundarios, compraban hipotecas de bancos privados, de esta manera las hipotecas salían del balance de los bancos, y así se sacaba riesgo del sistema y se le endosaba al contribuyente americano.

Como podéis deducir, Fannie y Freddie eran auspiciadas por el gobierno, estas compraban hipotecas de riesgo a los bancos y los bancos con ese dinero volvían a dar más créditos para vender otra vez a Fannie y Freddie. De esta forma llegaron a controlar el 90 % del mercado secundario de hipotecas.

¿Qué hacía la FED?

La FED (Sistema de Reserva Federal lo que perseguía era que estas instituciones financieras implementaran una política de igualdad de oportunidades de préstamo para comprometerse con clientes de minorías e ingresos bajos. Y de esta manera el número de propietarios de origen afroamericano se incrementó en un 18% entre 1995 y 2005, y el de hispanos un 13%, este segmento, fue denominado subprime por su elevado nivel de riesgo, préstamos con muy dudosas garantías. El rescate de estas entidades que compraban hipotecas y las empaquetaban para volver a ponerlas en el mercado costó 186.000 millones de dólares al tío Sam.

Así que ahí tenemos la foto, la Fed inyecta mucho dinero, los bancos transmiten a la economía un elevado riesgo y el Estado instrumenta instituciones para salvar a los bancos. Después de este festín, cuando el inversor ha metido su dinero allá donde más renta, en inmuebles, estalla la burbuja y es cuando el Estado viene a ver qué ha pasado, como el guardia civil de mi pueblo.

El caso de España

En España no podemos olvidar que el rescate a las cajas fue de aproximadamente 40 mil millones de euros, 2.200 euros por familia. Y lo que vino después ya lo sabemos, el político promete volver con más fuerza para regular mejor y que no vuelva a pasar, el 15M saca nuevas formaciones políticas a la sombra de esta desdicha y estos emergen contra el capitalismo salvaje que nos ha abocado a esta situación.

Cuando oigamos que la crisis fue fruto del capitalismo irrefrenable, pensemos por un momento que los que pusieron un bidón de gasolina y una cerilla en manos del sistema financiero, esos mismos, van a manejar 750 mil millones de euros en Europa que habrá que devolver, todos y cada uno de esos euros, hasta los llamados ”a fondo perdido”. Si los burócratas no tienen acierto y ese dinero no se filtra en la economía productiva, quien sabe si en unos años no tenemos un Estado todavía más poderoso con muchos bidones de gasolina y muchas cajas de cerillas.

¿Hay otros caminos? Pues como diría el profesor Bastos; Capitalismo, ahorro y trabajo duro.