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- 26 de mayo de 2022
La Doctrina de Paasikivi – Kekkonen fue una línea de política exterior compuesta por una idiosincrasia realista. Su nombre responde a los dos presidentes de Finlandia en la segunda posguerra, Juho Paasikivi y Urho Kekkonen. La doctrina llevaba el norte de proteger la soberanía de Finlandia durante la Guerra Fría. Dentro de ella existía un concepto que englobaba su naturaleza: Finlandización.
Ya iniciada la Segunda Guerra Mundial, el 30 de noviembre de 1939 la Unión Soviética invadió Finlandia, detonando el comienzo de la Guerra de Invierno. El móvil era asegurar los territorios ante un avance enemigo por el flanco Oeste. La frontera soviético-finesa se encontraba a solo 32 kilómetros de Leningrado.
Debido a la defensa local, las temperaturas extremadamente bajas y el desgaste de 105 días de conflicto, el armisticio se concretó. En marzo de 1940 se firmó el Tratado de Paz de Moscú, que tendrá influencia en el proceder de Helsinki años posteriores.
Las disposiciones de la paz entre ambos países fueron ampliamente favorables a la Unión Soviética dado que perseguían los objetivos del motor de la invasión en 1939. Finlandia se vio sometida a un repliegue y entrega de capacidades. Cedió una décima parte de su territorio total, todas regiones al Este, fronterizas con la potencia comunista. También otorgó tecnología de transporte e industria.
Años más tarde, ya en periodo de Guerra Fría, se firmó en 1948 el Tratado de Amistad, Cooperación y Asistencia Mutua Fino – Soviético. Las cláusulas del mismo le garantizaron a Finlandia ostentar de una neutralidad entre los dos hegemones y así poder sobrellevar un perfil formal ajeno a una participación bélica desde una ubicación con un alto valor geoestratégico.
El concepto de Finlandización hace referencia a la política exterior de Finlandia durante la Guerra Fría. El estandarte de la postura internacional finesa bajo la atmósfera bipolar que ordenó al mundo desde 1945 fue la no alineación política.
A la luz de la coyuntura hostil, la ubicación de Finlandia desprendía una vasta importancia geopolítica. Su geografía se encontraba en medio de los aires de disputa, limitando con las influencias de Oriente y Occidente. Aun así, la noción de la no alineación debía ser una política de Estado. En un contexto diseñado por su determinación, cualquier demostración política era argumento de un potencial conflicto.
Desde Washington la idea de finlandización tuvo su carácter peyorativo. Más bien, la posición pública de Finlandia estuvo ligada a un prestigio que denotaba un simbolismo antipático para Estados Unidos. Parte de Occidente utilizaba el término de finlandización para referirse a la no convergencia política como una señal de dependencia soviética, familiarizando a Helsinki dentro de la órbita de satélites operativos a Moscú.
La Realpolitik es la combinación de la acción y el ajuste a las pretensiones políticas y a las circunstancias corrientes desde un criterio pragmático, dejando al margen poses ortodoxas.
La política exterior finesa durante la Guerra Fría se desenvolvió bajo un domo realista. La neutralidad de Finlandia en la lógica binaria del siglo XX lleva como fundamento el instinto de conservación.
El perfil internacional de Helsinki es valorable si se comprende la reducción de costos establecida y la máxima prudencia política ya que todo movimiento debía ser medido e inteligente. Cualquier gesto que cause irritación al Este era dispendioso para Finlandia.
El ejercicio de asumir las propias capacidades y las superiores del vecino hegemón le permitieron a Finlandia neutralizar la posibilidad de un conflicto asimétrico, conservar la soberanía nacional y llevar a cabo un orden social, económico y cultural diferente al defendido por el bloque comunista.